miércoles, 26 de octubre de 2011

Primero, caza tu fósil

George Gaylord Simpson es el dueño de esta frase, que me pareció un buen lugar donde empezar. Tiene la doble finalidad de juntar la paleontología de mis amores con los primeros pasos en este lugar, largamente meditados. En unas líneas más dejaré constancia escrita de qué quiso decir el paleontólogo y mi humilde visión sobre el tema.

Vale la pena mencionar que los inspiradores definitorios para que finalmente me encuentre en este espacio vienen de la red, tanto por el , como por el no (de hecho, se trata del mismo autor). Me hicieron sentir un poco entre la espada y la pared con respecto a tomar esta decisión. Y acá estoy. Lo más lindo es que alguien me haya dicho, poco después de haber expresado esta convicción en la conocida red social del pajarito, que "ya era hora". Desde entonces, ha pasado cierto tiempo, pero indudablemente, tiempo es lo que siempre me falta. La situación no parece tender a mejorar, así que mejor tirarse al agua de una vez y empezar con algunas líneas para ir probando.

Volviendo a la frase de Simpson, yo interpreto algo así como un orden natural de las cosas, en este caso vistas desde la mirada de la labor del paleontólogo, pero extrapolable a la vida en general. Los paleontólogos nos dedicamos a "cazar fósiles" (algunos, entre otras muchas cosas, sí...).

¿Qué es lo interesante de ser paleontólogo? Para mí es el fin de una serie de vueltas largas que llevaron finalmente a este lugar... Pasando antes por la astronáutica, la danza, el teatro, la medicina, la genética. Un escritor amigo me dijo que era como un fin natural, una relación causal para alguien como yo, fascinada con la mitología desde siempre. Mejor dicho, mi gusto por la mitología se inicia cuando mis padres me regalaron a los cinco años la Enciclopedia de la Fábula, 4 tomos enormes - que conservo, por supuesto - con mi nombre grabado en el lomo, chiquito, con letras doradas. Nunca se me había ocurrido hacer ese análisis, pero me parece interesante.

Dice Simpson:
"La caza del fósil es con mucho el más fascinante de los deportes. Presenta  algún peligro, suficiente para darle interés y probablemente tanto como pueda tener la caza mayor practicada con armas modernas; el peligro, sin embargo, amenaza sólo al cazador. Tiene incertidumbre y emoción y todas las sensaciones del juego, sin ninguno de sus vicios. El cazador nunca sabe qué va a traer en su morral, quizá nada, quizá una criatura jamás vista por ojos humanos. Requiere conocimiento, habilidad y una cierta fortaleza. ¡Y sus resultados son mucho más importantes, más útiles y más permanentes que los de ningún otro deporte! El cazador de fósiles no mata: los resucita. Y el resultado de este deporte se añade a la suma de los placeres humanos y a los tesoros del conocimiento de la humanidad."


G. G. Simpson. 1985. Fósiles e historia de la vida. Biblioteca Scientific American, Prensa Científica, Editorial Labor. Barcelona.

domingo, 23 de octubre de 2011